Imperio de
Maximiliano de Habsburgo (1864-1867).
El Imperio de Maximiliano de Habsburgo comenzó formalmente cuando llegó
a las costas de Veracruz, con su esposa Carlota, en junio de 1864. Las causas
de su llegada fueron distintas. Maximiliano renunció a la corona austriaca y
firmó los tratados de Miramar con Napoleón III. En este documento Maximiliano
se comprometía a mantener a las tropas francesas en México por seis años, esto
debido a una indemnización que reclamaba el país.
Desde el principio
Maximiliano eligió a liberales moderados, lo cual molestó mucho a los
conservadores. Sus primeras acciones de importancia fueron la reorganización de
la Academia San Carlos, la fundación de los Museos de Historia Natural y de
Arqueología y la Academia de Ciencias y Literatura.
También declaró a la
religión católica como la religión oficial de su imperio, pero mantuvo los
principios de la reforma liberal: alejó al clero del gobierno, dispuso la
gratuidad en los servicios religiosos y que toda correspondencia con Roma
pasara por la censura del gobierno antes de enviarse.
Maximiliano aseguró que
el imperio se encontraba en paz. Parecía haber estabilidad en México cuando
Prusia amenazó atacar a los franceses y estadounidenses, comenzaron a protestar
contra la estancia del ejército francés en México. Napoleón resolvió retirar
las tropas dos años antes de lo firmado con Maximiliano. Cuando Maximiliano se
enteró de la noticia decidió abdicar pero Carlota no se lo permitió y se
dirigió a Europa a pedir ayuda del Papa. Al darse cuenta que nadie estaba
dispuesto a ayudarla enloqueció y murió.
Cuando Maximiliano se
enteró de la muerte de su esposa Carlota tomó nuevamente la decisión de
abdicar, pero la llegada de Miramón y Márquez a Veracruz lo reanimó y decidió
permanecer en México.
Tras la derrota de
Miramón, Maximiliano quiso reforzarse en Querétaro, que se defendió muy bien de
las fuerzas republicanas. Cuando se enteró de la derrota de Márquez en la
Ciudad de México, Maximiliano decidió rendirse con la esperanza de que lo
dejaran regresar a Europa.
No todo salió como lo
planeaba pues fue tomado preso y llevado al convento de la Santa Cruz. A pesar
de las solicitudes de ministros europeos y estadounidenses, Maximiliano fue
sentenciado a muerte junto con Miramón. La sentencia se cumplió el 19 de junio
de 1867. Los restos del emperador fueron trasladados al panteón de los
Capuchinos en Viena.
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